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Victor Heredia
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Lionel Pacheco (Los Cuatro de Córdoba)
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Leandro Lovato
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Juan (Los Huayra)
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La música, idioma universal, volvía a convocarnos en esta segunda noche. La voz de Mariana Carrizo, daba el puntapié inicial para escuchar los acordes del inconfundible Himno a Cosquin, acompañado por el tañido de las campanas que fue seguido por “Zamba a Monteros”, con la danza del Ballet oficial.
Fabián Palacios ingresaba entonces al Atahualpa Yupanqui, para dar el tradicional grito, dando lugar a los vistosos fuegos artificiales.
La platea expectante lo esperaba. Si, Víctor Heredia volvía a la plaza, brindando un excelente show en el que no faltaron aquellos temas que el pueblo ya hizo suyos como “Ojos de Cielo”, “Todavía Cantamos”, “Sobreviviendo”, “Sube, sube, sube”, “Bailando con tu sombra”, como así también “Dulce madera cantora” (que fuera grabada por Mercedes Sosa). Trajo el recuerdo de “Para cobrar altura”, zamba que cantó en 1967, cuando hizo su primera actuación en el festival, con la que fue revelación en ese año, “El Adiós” (poema de Atahualpa Yupanqui) y “Algún día” expresando el deseo de ver a nuestro patria unida.
El público fue cantando y palmeando cada una de sus interpretaciones, ovacionándolo de pie, renovando como en cada edición la magia que se da entre ambos. Un lujo que podemos darnos cada año.
La fiesta siguió con Los Sacha y luego con el cantautor correntino Mario Bofill que hizo escuchar temas como “Conjunto Pena y Olvido”, “Estudiante del Interior”, “Requecho” y “Cantalicio vendió su acordeón” entre otros, que sedujeron a los bailarines.
El humor cordobés en esta noche estuvo a cargo de El Chango Juárez, que arrancó las risas y el aplauso de la platea.
Un momento muy especial se vivió entonces con la llegada al escenario de la Orquesta Filarmónica del Festival, bajo la dirección del Maestro Julián Navarro, con la actuación de Los Cuatro de Córdoba, que en una impecable presentación trajeron temas como “El olvidao”, “Ansiedad”, “Amor de mis amores”, “Canción de las simples cosas” para terminar con “La vida va” y la tradicional “Mire que lindo mi país paisano”.
La coscoína Paola Bernal se sumaba a la fiesta, con un homenaje a Violeta Parra. La artista fue invitando a Pancho Cabral, la bailarina Belén Ghioldi, el humahuaqueño “Bicho” Díaz, con quien interpretó “El último canto”. Junto a un grupo de jóvenes talentosos, Mery Murúa, Juan Iñaki y José Luis Aguirre, cantaron “Los pájaros de Matalía” (tema inédito) con el que hizo el cierre de su actuación.
Pero aún había mucho más. Llegaban entonces Los Catamarqueños, trayendo “Quédate en mi” y “Luna de Tartagal”, dando paso a la Delegación Provincial de Córdoba, quienes hicieron un sentido homenaje al Chango Rodríguez. Participaron Mery Murúa con “Volveré”, Hernán Caraballo con “De Simoca”, Lili Rodríguez con “Vidala de la Copla” y Martín Oliva con “Luna de Tartagal”.
Después de dos años de ausencia, se reencontraban en esta luna Los Huayra. Los salteños llegaron con toda la energía, compartiendo temas de su nuevo disco “Vivo”, como ”Zambita del musiquero”, “Adiós que te vaya bien”, “El diablo de Humahuaca”, “Luz de Amor”, entre otros, los cuales fueron coreados, palmeados y bailados por toda la platea, cautivada por su particular estilo.
Siguiendo con la presencia de talentosos músicos, se sumaba Leandro Lovato, que luego de su gira por España, donde presentó entre otros su trabajo “Violinisto”, un homenaje a don Sixto Palavecino. El título de su disco, permitió explicar el término: el violinisto coloca el instrumento un poco más abajo del hombro para poder cantar y tiene otra forma de agarrar el arco, que lo hacen distinto. Así entonces, se identifica este rosarino con fuertes raíces santiagueñas.
“Lele” compartió “Pa Don Sixto”, “La Tamara”, “Tan lleno el corazón”. Incursionó también con el tango “La última curda” que comenzó en el escenario y terminó en medio de su público, coreado por los presentes. Aclamado por la Próspero Molina, el artista cosechó el reconocimiento de los presentes.
La noche continuó con el santiagueño Marcelo Toledo, que cantó algunos temas de su último trabajo “Sonidos y colores de mi tierra”. Por último se escuchó la voz de la riocuartense Deolinda Sosa con“Escondido en mi país” una zamba de su autoría y un sentido “Cuando tenga la tierra”, cerrando esta segunda luna en el Valle de Punilla.
LO MEJOR DE LA NOCHE
Jornada de difícil elección entre tanto talento desplegado en el escenario, pero destacamos el recital de Los Cuatro de Córdoba con la Orquesta Filarmónica del Festival, original combinación de un grupo ya legendario y la fuerza joven de un director excepcional y los músicos de la orquesta..
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