Luciano Pereyra

En el marco de una espléndida noche, se iniciaba la segunda luna.

El Ballet Camín, engalanaba nuevamente el escenario, con el Himno a Cosquín, a la que siguió otra presentación en la que se incluía a ex bailarines. Interpretaron una zamba, cantada por Cristian Rodríguez.

Los salteños Canto 4, llegaban al Atahualpa con toda su fuerza interpretativa, para compartir “Carpas de Salta”, “La Arenosa”, “La soñé”, entre otros temas que hicieron bailar y palmear a la concurrencia, quienes los ovacionaron.
Estos jóvenes, que se encuentran festejando sus 20 años con la música, pudieron transmitir el sentir de su tierra.

En este Festival, también se puede disfrutar de nuevos valores. Camila Nievas, ganadora del Pre Cosquin como Solista Vocal Femenina, de la Sede Crespo, Entre Ríos, hacía su presentación cantando “La Telesita”, “Déjame estar” para concluir con un carnavalito. La joven cosechó el aplauso de los presentes.

Como cada año, se recibió la visita de la Delegación de Japón. Un grupo proveniente de Kawamata, recibió un especial reconocimiento por los 50 años de realización del Festival de Cosquin en esa ciudad.

La fiesta continuaba con Dos más Uno. Oriundos de Buenos Aires, Marcelo Dellamea - Hugo Dellamea - Ariel Sánchez , que interpretaron “Una palabra”, “Yo vengo a ofrecer mi corazón” y “Amarraditos”.

A una década del fallecimiento de Mercedes Sosa, la Delegación de Tucumán, brindaba su sentido homenaje, a una de sus más trascendentales referentes. A través de algunas de sus obras y de la danza, fueron recordando a esta gran artista.

El coscoíno Gabriel Macías, presentó algunos temas de su trabajo “Hombre y Tierra”, como “La Silenciosa”, “Yo soy el huayno”, acompañado por el charanguista Pachi Herrera e “Hijo de Cosquin” junto al Ballet Municipal de Merlo, Provincia de Buenos Aires, recibiendo su merecido reconocimiento.

La Delegación de Santa Cruz, presentó el espectáculo “Santacruceños”, integrado por “Las Voces del Sur” de Puerto Deseado, David Andrade de Caleta Olivia, “Katu” Gallardo de Río Gallegos, Edmundo Águila de Perito Moreno, Javier Andrade Epul de Pico Truncado, Tamara Rivarola de Los Antiguos y Hugo Merlo Taborda. Los artistas plasmaron a través de sus canciones y videos, la realidad de nuestra Patagonia.

Un cantante muy esperado en esta velada fue Luciano Pereyra, quien en su espectáculo compartió muchos de sus conocidos temas. Se escucharon “ Me gusta amarte ” , “ Enséñame a vivir sin ti ” , “ Así así”, ”Porque aún te amo ” y “ Como tú ” , entre otros, cantados y bailados por toda la platea. Un artista que, en estos 20 años, sigue convocando numeroso público.

La danza tuvo su especial momento. Dolores Ardua y Jorge Gastón Vázquez de la Sede Lomas de Zamora, mostraban todo su arte en el escenario.

Desde Cañada de Gómez, Julieta Marucco, presentaba algunos temas de su nuevo trabajo “Mujer Raíz” concluyendo con una muy linda versión de “Zamba de amor en vuelo”.

Los tucumanos Franco Favini , Bruno y Paolo Ragone , Destino san Javier,
recrearon algunos de los temas del Trío San Javier. Tuvieron como invitada a Marcela Morelo cantando “Si tú te vas”.

Los bailarines galardonados, regresaron al Atahualpa Yupanqui, con una puesta en escena de un chamamé, que arrancó el aplauso sostenido de los presentes. Un lujo en esta edición.
La plaza entonces se preparó para el encuentro con Peteco Carabajal, que solo con su guitarra logró un momento de intimidad y emoción con el público. Compartió temas como “ A mis viejos” , “ Memorial de los patios”  “ Embrujo de mi tierra” ,  “Las manos de mi madre” ,  “Perfume de carnaval” ,  “Puente carretero”, “Déjame que me vaya”, cantados, palmeados y bailados, como en el mejor patio santiagueño.
Luego de hacer un breve repaso de su historia como cantautor, invitó a que escucharan su proyecto: Riendas libres. Esta nueva agrupación incluye a su hijo Homero y a Martina Ulrich, con un nuevo estilo interpretativo. Fueron acompañados por un grupo de bailarines, que danzaron al son de sus melodías.
Entrada la madrugada, de a poco, la plaza se fue despoblando. El público se retiraba, llevándose el cálido recuerdo de lo vivido y la invitación a renovar la expectativa del reencuentro con otros artistas.

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