Seis décadas pasaron, desde que un grupo iniciara éste, que sería el Festival Nacional del Folklore. Muchas fueron las personas que intervinieron y se sumaron al proyecto, que ha perdurado en el tiempo, trascendiendo a nivel nacional e internacional.

La Próspero Molina colmada en toda su capacidad, pudo disfrutar en esta noche de un video, recordando al entrañable, Juan Carlos Saravia, uno de los integrantes del recordado grupo Los Chalchaleros, recientemente fallecido, quien evocaba alguno de esos momentos tan emotivos.
La bendición este año, también fue muy particular. Se pudo ver al querido Cura Monguillot (quien también fuera parte importante de esta gesta) impartiéndola y luego a los miembros del COMIPAZ, que invitaban a recitar la oración “Haz de mi un instrumento de paz” y concluir con el Padre Nuestro (con todos los presentes tomados de las manos).
Fue entonces que la Banda Municipal Blas Parera, comenzaba con los acordes del Himno Nacional Argentino, cantado por el Coro Municipal y la platea de pie.
Con todo el caudal de su voz, Claudio “Pipulo” Juárez, daba el grito “Aquí Cosquin”, para desatar los fuegos artificiales e iniciar esta primera luna.

Para continuar, el Ballet Camin, integrado por actuales bailarines y muchos otros que en otras ediciones lo fueron, ataviados con vestuario de ese tiempo y llevando las tradicionales sillas de madera, hicieron una alegoría de aquel Enero de 1961.
Los Manseros Santiagueños, fueron los encargados de iniciar la velada. Con su tradicional repertorio, hicieron que los presentes corearan y bailaran temas como: “Entra a mi pago sin golpear”, “Añoranzas”, “Sinfonía silvestre”, “Cruzando el dulce” y “Canto a Monte Quemado”, entre otros. Los artistas se llevaron el caluroso aplauso de todos los presentes.
La fiesta continuó con el Indio Lucio Rojas, que junto a su hermano Alfredo, compartieron imágenes y temas de su trabajo “Yo soy el Indio”, en el que transmite su ligazón con su terrunio, su pueblo y referencia a los pueblos originarios.
Terminó su presentación, invitando al boliviano Dalmiro Cuéllar Ayala, otro referente de la música del Chaco con quien cantaron el tema “Hoy me iré”, llevándose el reconocimiento de la Plaza.
Decir su nombre, es relacionarla con lo más genuino del folclore, heredera del legado de Jorge Cafrune, engalanaba el escenario su hija Yamila, que en toda su presentación fue reafirmando la identidad nacional, haciendo un especial homenaje a Manuel Belgrano. En esta ocasión, fue acompañada por cuatro guitarristas: Amilcar Valeriani , Aníbal Corniglio, Benjamín Ciprián y Moscato Luna. La artista compartió “Homenaje al cantor”, “El río no es sólo eso” de Aníbal Sampayo con la interpretación de Facundo Torresán. Junto a Mariano Saravia, historiador y escritor “La Patria no se hizo sola”, “Chacarera del tiempo” y “Coplas de Juan Prisionero” con Roberto “Coya” Chavero, hijo de Atahualpa Yupanqui, con quien se fundió en un sentido abrazo, ese que sus padres no pudieron darse. Concluyó con “La doble sentenciosa” acompañada por Daniel Barrionuevo. Yamila fue ovacionada por el público presente.

Y en este encuentro nacional, hizo su presentación la Delegación oficial de la Provincia de Tucumán, con el espectáculo “Nosotros los tucumanos” que contó con la numerosa presencia de músicos y bailarines de dicho lugar.
La ganadora del Pre Cosquin 2020 como Solista Vocal Femenino, de la Sede La Matanza, entonces, subía al escenario. Silvana Galli, a través de los diferentes temas fue mostrando su talento y merecido reconocimiento.
El santiagueño Mario Álvarez Quiroga, además de ser acompañado por sus músicos, con quienes interpretó temas como “Jujeñito”, “Penas y alegrías de amor” y realizar un homenaje a Juan Saavedra, con una chacarera que lleva su nombre, entre otros, invitó a los artistas: Lisandro Urteaga, Lucía Álvarez Quiroga, José Collado y Sergio “Puma” Herrera quienes realizaron en vivo la obra “Pintando historias para Don Ata”, que será parte del Museo del Festival.
Y cuando llega Emiliano Zerbini al Atahualpa Yupanqui, nadie queda en su butaca. El artista fue trayendo diferentes ritmos de nuestro cancionero: jota cordobesa, chacareras, gatos, zambas, bailadas y cantadas por los presentes.
Realizó además, un especial homenaje a todos los bailarines, que en las distintas décadas desplegaron todo su arte, entre los cuales se encontraba su madre Silvia, actual Directora del Ballet Folclórico Nacional.
Esta primera luna concluía con la presentación del Chaqueño Palavecino, que con su particular estilo interpretativo, fue recorriendo la sonoridad del chaco salteño, con su vasto repertorio, que no defraudó a sus seguidores.

Las estrellas aún cubrían el cielo, cuando se iba silenciando la plaza. Cada uno de los asistentes, se retiraba para volver a su lugar llevándose el corazón todas las emociones vividas en esta primera jornada.

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