Juan Carlos Baglietto

La segunda noche coscoína, comenzaba a desarrollarse con el marco de un cielo amenazante, que dejaba caer algunas gotas.
El Maestro de Ceremonias, emitía el tradicional grito, transmitiendo además toda la emoción que se vive cada noche en esta mítica Plaza, para luego dar paso a los relucientes fuegos de artificio.
En esta velada, fueron Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale, los elegidos para iniciar el espectáculo. Con un destacado soporte audiovisual, presentando fotos de figuras señeras, fueron desandando un exquisito repertorio de músicos populares argentinos: “Zamba de Lozano” (de Cuchi Leguizamón); “El Mensú” (Ramón Ayala); “Agitando pañuelos” (de los Hermanos Ábalos); “Doña Soledad” (Alfredo Zitarrosa); “Entre a mi pago sin golpear” (Carlos Carabajal); “Piedra y Camino” (Atahualpa Yupanqui), a lo que el público presente fue aplaudiendo calurosamente. Como bis, “Sapo cancionero”, llevándose la merecida ovación de la Próspero Molina.
Desde Cañada de Gómez, Julieta Marucco, interpretó temas como: “Que sepa”, “Fábula de amor” acompañada por la Compañía de Danza Pucará, para concluir con “El témpano” y “Arde Troya”.
Y en esta edición histórica, seremos testigos de varios homenajes. En esta noche fueron reconocidas numerosas personas que formaron parte de las distintas Comisiones a lo largo de estos 60 años.
La fiesta continuó con la presentación del santafesino Orlando Vera Cruz, que luego de regalar algunos recitados , entonó junto a sus músicos “Canción del Jornalero”, “Santa Fe de mi querer”, el vals “Déjate llevar” y “Para mi pueblo argentino”.
Fue sorprendido, con la entrega del Camín Cosquin a la Trayectoria, entregado por el Intendente Municipal. Luego de lo cual, bajó del escenario y junto al público se despidió con “Punta Cayastá”, llevándose además el cariñoso y sostenido aplauso de todos los presentes.
Nuevos valores entonces eran presentados. Guido Encinas, desde Corrientes, ganador como Revelación Casquín 2019, cantaba “Canción para una mentira” para continuar con chamamés. Fue seguido por el solista instrumental galardonado en 2020, Álvaro Labarthe, de la Sede Pirané, Provincia de Formosa, que sólo con su guitarra, fue escuchado en respetuoso silencio. Interpretó “El porá”, “Un encuentro, una canción”, “Otoñando”, para cerrar con “La calandria y Kilómetro 11”, un gusto poder disfrutar de su talento.
Presentando su propuesta de mixtura, llegaban Indios de Ahora, cantando “Guitarra dímelo tu”, “Amarse como antes” para terminar con una potente versión de “Oración del Remanso”.
Otro artista infaltable en este Festival, es Leandro Lovato, quien con su impronta y virtuosismo, hizo bailar al público con “Gatito de Toty”, para continuar con zambas.
Lele invitó a Coty Hernández con quien interpretó: “Canción del Adiós”, para despedirse con “Entre a mi pago sin golpear”, “La barranquera” y la infaltable “La Tamara”, recordando a la querida cantora. Como siempre, se llevó el reconocimiento de la platea.
Y jugando de locales, Ceibo, hacía su presentación cantando a capella “Zamba del cantor enamorado”, para continuar con “Que nunca falte esta zamba” y “Piel morena” entre otros, siendo aplaudidos por los presentes.
Desde Buenos Aires, se sumaba Nahuel Pennisi, con temas como “Canción de lejos”, “La telesita”, para ir entregando un puñado de zambas y chacareras, en las que contó con la participación del Ballet Camín. Su destacada presentación terminó con “Avanzar” y “La apuesta”.
La danza volvió al escenario, con el Malambo. Fue el salteño Emanuel Flores, ganador como solista de esta edición de la Sede Añatuya, quien deleitó con su arte.
Para el cierre de esta segunda luna, convocaron a Destino San Javier, que hizo su presentación con una coreografía con la música de Adiós Nonino, continuando con temas de su conocido repertorio, que fue recibido gustosamente por sus seguidores.
De esta manera, concluía otra noche en el Valle de Punilla.

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