Fuegos Artificiales

María y Cosecha

María y Cosecha

Con un cielo amenazante y renovado entusiasmo, comenzaba la tercer luna.
El Maestro de Ceremonias decía que en Cosquin “las semillas del canto, germinan en nuestro interior”. Ese canto renovado, que en cada edición va reafirmando nuestra identidad como pueblo.

El Ballet Camin, desplegaba su talento con una esmerada y colorida coreografía en la que se muestra un casamiento campo adentro.
El Atahualpa Yupanqui entonces, recibía a Los Cuatro de Córdoba, quienes cantaron temas referidos a su terrunio, con canciones como “Pateando sapos”, “Los cordobeses somos fiesteros”, entre otras, acompañados en piano por Román Ramonda. En esta oportunidad, compartieron el escenario con el Negro Álvarez, que tuvo una actuación controversial y grosera, que recibió una generalizada desaprobación.

Desde la Escuela de Música Popular de Avellaneda, llegaban María y Cosecha: María de los Ángeles “Chiqui” Ledesma, Pablo Fraguela, Matías Furió, Pedro Furió y Sebastián Calá, quienes desarrollaron repertorio de su nuevo disco “Agosto” como “Galopes y relinchos” y una exquisita versión de “Alfonsina y el mar”. Fueron acompañados por una pareja de baile, ataviados con guardapolvos con leyendas como “Educar es un acto político” y “Maestrx que lucha también está enseñando”.

Cantaron también “Te recuerdo Amanda”, mostrando en la pantalla las fotos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, expresando así su compromiso con temas sociales, que despertaron aplausos y silbidos por parte de la platea.
El espectáculo continuó con el cantor surero Adrián Maggi, con recitados como “Mi amigo el mate amargo” y un sentido homenaje a los héroes de Malvinas en “2 de Abril”, contando con la presencia de un grupo de ex combatientes.
Hacía entonces su actuación Rodrigo Minué, ganador del Pre Cosquin como solista instrumental de la Sede La Rioja. El virtuoso pianista, fue interrumpido por un generalizado apagón que sufrió toda la zona.

Y a pesar de la copiosa lluvia, Por Siempre Tucu llegó al escenario y regalaron a los presentes “Tu pollera tucumana”, “Puerto Tirol”, “Zamba del amor y mar” y “Canción con todos”, para concluir con “Anoche no dormí”.
Con una nutrida delegación, se presentaban artistas de La Rioja quienes plasmaron su “Herencia Chayera”, trayendo su fiesta a esta Festival.
Desde Kawamata, Japón, llegaba el ganador de esa Sub Sede, interpretando “Estoy distraído” y “Alfonsina y el mar”. Fue galardonado por la Comisión, recibiendo el tradicional poncho coscoíno.

Otro número esperado fue el Homenaje a Horacio Guarany, proyecto generado por Hugo Casas y Rubén López. Contó con la locución de Rony Vargas y la presencia de varios artistas amigos como: Chaqueño Palavecino, Los Cuatro de Córdoba, la Bruja Salguero, Juanjo Domínguez, Marian Farías Gómez, Cuti y Roberto Carabajal, Facundo Toro, Belén Herrera, Dúo Coplanacu, Mario Álvarez Quiroga, Enrique Llopis y Por siempre Tucu, que fueron recorriendo conocidos temas de su vasto repertorio, en forma individual y como dueto. Se sumó además la danza con Silvia Zerbini y Mariano Luraschi. Con apoyo audiovisual, fueron compartiendo distintos momentos de la carrera de este cantor popular. Fue muy particular uno en el que expresaba “Lamentablemente no podré estar para recibir esta distinción”… Se concluyó, con el canto conjunto del artista, sus amigos y toda la platea, con la emotiva “Si se calla el cantor”, ovacionado por todos los presentes. Un especial recuerdo para el siempre vigente Guarany.
Salta se sumó a esta fiesta con Las Voces de Orán y Diableros de Orán, quienes cantaron “La taleñita”, “El Bermejo y yo”, entre otras, para hacer un especial cierre con la “Zamba de Balderrama”, coreada y palmeada por todos los presentes.

El riojano Sergio Galleguillo, volvía al escenario. Tuvo como invitado al Duende Garnica, que entonó su conocida “El olvidao”, para luego dar rienda suelta a la chaya, con un público enharinado, lleno de espuma y olor a albahaca, que fue cantando, bailando y festejando cada uno de sus temas.

Las luces comenzaban a apagarse, pero los cantores no se callaron, siguieron compartiendo nuestro cancionero popular en cada una de las peñas. En Cosquín, la fiesta seguía en cada esquina.

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